Automedicación en colitis ulcerosa: ¿cuánta, por qué y quién?

Hasta un 59% de los pacientes con colitis ulcerosa afirma haberse automedicado en 2018.

Este, entre otros datos descritos a continuación, es el principal resultado que hemos recopilado gracias a la participación de personas con colitis ulcerosa y mayores de 18 años en una encuesta transversal y anónima, activa desde febrero a abril 2019. Encuesta que ha sido desarrollada por ACCU España en colaboración con el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU) y el Grupo Enfermero de Trabajo en Enfermedad Inflamatoria Intestinal (GETEII) y, además, contó con el patrocinio de MSD.

La importancia de la investigación ha sido reconocida a nivel internacional y, de hecho, los resultados han sido publicados este año tanto en la Revista Europea de Gastroenterología y Hepatología (European Journal of Gatroentrology and Hepathology), como en el congreso de la Organización Europea de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (ECCO).

En concreto, la investigación tenía como objetivos averiguar:

  1. la frecuencia de la automedicación con corticosteroides, analgésicos y aminosalicilatos en personas con colitis ulcerosa,
  2. las razones por las que se automedican, y
  3. las variables potencialmente asociadas a esta práctica. 

 

¿Qué es la automedicación?

Automedicación para ciertas personas: “Me voy a tomar esto, que me han dicho que funciona. Que no sé qué me pasa que tengo ese dolor por ahí”

Automedicación para la Organización Mundial de la Salud (OMS): “uso de medicamentos por parte del consumidor para tratar trastornos o síntomas autodiagnosticados, o el uso intermitente o continuo de un medicamento prescrito por un médico para enfermedades o síntomas crónicos o recurrentes” (1).

Si bien es cierto que puede ser beneficiosa en algunas circunstancias, no es una práctica segura si se hace sin los controles y las recomendaciones apropiados, y sin un acuerdo entre el paciente y un profesional de la salud. Los riesgos potenciales de la automedicación incluyen autodiagnóstico incorrecto, retrasos en la búsqueda de la opinión de un profesional, elección incorrecta de la terapia o dosis, reacciones adversas e interacciones farmacológicas, dependencia de medicamentos y enmascaramiento de condiciones potencialmente graves (2).

En fin, se puede liar muy parda.

Además, ya conocemos el grado de complejidad de la colitis ulcerosa (CU) y el impacto de la terapia de mantenimiento en nuestra calidad de vida. Aun así, en muchas ocasiones seguimos experimentando síntomas y necesitamos contactar con nuestro equipo clínico (6,7,8,9).

Para tratar nuestra colitis ulcerosa existen varias categorías de medicamentos,. El estudio ha analizado el fenómeno de la automedicación con 3 categorías de fármacos: los esteroides, los analgésicos y los aminosalicilatos.

Los corticosteroides orales (prednisona, prednisolona o budesonida) son muy útiles para controlar los brotes, pero no están libres de efectos secundarios. De hecho, su uso a corto plazo puede causar cara de  luna, acné, infecciones y equimosis. Si tomados a largo plazo los efectos adversos pueden ser graves y causar problemas de diabetes, cardiacos, psiquiátricos o a los huesos, entre otros (10,11).

Los analgésicos (ácido acetil-salicílico, paracetamol o ibuprofeno), son muy utilizados contra el dolor abdominal, de cabeza o de articulaciones. A pesar de ser de gran utilidad para lograr un rápido alivio del dolor, tienden a irritar el estómago y pueden causar malestar digestivo como, náuseas, hinchazón abdominal, dolor de estómago y episodios de diarrea.

Finalmente, los aminosalicilatos (sulfasalazina o mesalazina) reducen la inflamación del intestino y se utilizan tanto para mantener la fase de remisión, como para el tratamiento de un brote. Sin embargo, como la casi totalidad de los fármacos, pueden provocar efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas, dolor abdominal, falta de apetito, vómitos o fiebre (12).

Son fármacos: mejoran nuestra calidad de vida pero, ¡no hacen milagros!

 

¿Cuánto, por qué y quiénes, nos automedicamos?

Hasta un 59% de los participantes contestaron que se habían automedicado en el último año. De ellos:

  • el 7% con esteroides
  • el 50% con analgésicos
    • el 45% con paracetamol
    • el 22% con metamizol
    • el 5% con ibuprofeno
    • y el 4% con codeína
  • el 16% con aminosalicilatos
    • el 22% por vía oral 
    • el 78% por vía tópica 

Como podemos ver, los analgésicos, seguidos por los aminosalicilatos, son los fármacos que más comúnmente utilizamos cuando se trata de automedicarnos. Aunque en la encuesta no se preguntó por ello, es probable que, conociendo los efectos adversos de los corticoides, tengamos más cuidados con ellos y preferimos consultar con un especialista antes de tomarlos, o que sea más difícil encontrarlos si nuestros familiares no sufren de patologías por las que necesitan esteroides u otros motivos.

¿Por qué nos automedicamos?

Según los resultados de la encuesta, las cinco principales razones que nos llevan a automedicarnos son las siguientes:

 

Esteroides

Aminosalicilatos

Analgésicos

1. Necesito un alivio rápido de los síntomas

56%

41%

64%

2. Así lo había consensuado con mi médico

22%

48%

35%

3. Así me lo había prescrito mi médico otras veces

25%

38%

30%

4. Tengo miedo a empeorar

47%

36%

14%

5. No consigo obtener una cita médica temprana

 

25%

19%

15%

Los síntomas siguen siendo uno de los problemas más relevantes para nosotros y podría explicar por qué tomamos analgésicos o esteroides. De hecho, los síntomas y el miedo a que la enfermedad esté empeorando son las razones por las que se necesita tomar esteroides, aunque, en la mayoría de los casos, no esté consensuado con el especialista.  Por otro lado, la automedicación con aminosalicilatos es menos frecuente y, casi en la mitad de los casos, está consensuada con el especialista.

 

¿Cuáles son los factores asociados con la automedicación?

Es importante saber si las personas se automedican y entender por qué lo hacen. Pero también es necesario conocer quién tiene más probabilidad de automedicarse. Esta información es fundamental para garantizar un seguimiento más personalizado y minimizar esta práctica. Con este objetivo en mente, y debido a la gravedad de algunos efectos adversos, hemos analizado los factores asociados con la automedicación con esteroides.

Los resultados enseñaron que la automedicación estaba relacionada con:

  • el aumento del número de brotes en el último año,
  • convivir con alguien que use esteroides orales,
  • disponer de los medicamentos que sobran de otras ocasiones
  • la prescripción de corticosteroides por profesionales de atención primaria en caso de empeoramiento.

Además, se evidenció que la frecuencia de automedicación con esteroides, aminosalicilatos y analgésicos es mayor en aquellos participantes que consideraban la actividad de su enfermedad grave (65%) o moderada (57%), en comparación con los que estimaban la actividad de su enfermedad como leve (45%) o inactiva (39%).

 

Si bien es verdad que en algunas ocasiones la automedicación nos parece necesaria, bien porque queremos acabar con el dolor cuanto antes, o porque tenemos miedo a empeorar o porque llevamos muchos años con la enfermedad y hemos aprendido a conocer nuestra enfermedad, no deja de ser una práctica que, si no está consensuada con un especialista, puede tener consecuencias muy graves.

Recuerda siempre que:

  • El tipo de medicamento que tienes pautado depende de la gravedad de tu enfermedad y de la zona en la que la padeces.
  • Los medicamentos no funcionan de manera igual en cada persona: los que funcionan bien para algunas pueden no funcionar para otras.
  • Los efectos adversos de cada medicamento pueden ser diferentes según la persona que lo toma, siendo muchas veces relacionados con la interacción que pueden tener con otros fármacos o la presencia de otras enfermedades.
  • Es importante que comuniques a tu equipo clínico cualquier efecto adverso, para salvaguardar tu salud y monitorizar el correcto funcionamiento del fármaco.
  • Si no estás satisfecho con tu medicamento, coméntaselo a tu especialista. Puede que existan alternativas que se adaptan mejor a tu enfermedad o a tus necesidades (por ejemplo, la vía de administración).
  • Encontrar un medicamento que te ayude puede tomar tiempo. Es posible que tengas que probar varios antes de dar con el que se ajusta a tu perfil.

Bibliografía:

 

  1. World Health Organization. Guidelines for the regulatory assessment of medicinal products for use in self-medication. 2000. Disponible en: https://bit.ly/3lu4bmn
  2.  Ruiz ME. Risks of self-medication practices. Curr Drug Saf 2010; 5:315–323.
  3. Hagelund LM, Elkjær Stallknecht S, Jensen HH. Quality of life and patient preferences among Danish patients with ulcerative colitis - results from a survey study. Curr Med Res Opin 2020; 36:771–779.
  4. Ghosh S, Mitchell R. Impact of inflammatory bowel disease on quality of life: results of the European Federation of Crohn’s and UlcerativeColitis Associations (EFCCA) patient survey. J Crohns Colitis 2007; 1:10–20.
  5. Høivik ML, Moum B, Solberg IC, Henriksen M, Cvancarova M, Bernklev T; IBSEN Group. Work disability in inflammatory bowel disease patients 10 years after disease onset: results from the IBSEN Study. Gut 2013; 62:368–375.
  6. Aldeguer X, Sicras-Mainar A. Costs of ulcerative colitis from a societal perspective in a regional health care area in Spain: a database study. Gastroenterol Hepatol 2016; 39:9–19.
  7. Mahadevan U. Medical treatment of ulcerative colitis. Clin Colon Rectal Surg 2004; 17:7–19.
  8. Campieri M. New steroids and new salicylates in inflammatory
  9. Aminosalicylates. 2018. Crohn’s and Colitis Foundation. Disponible en: https://bit.ly/36zppJ1

Tags:
Colitis Ulcerosa, Calidad de vida, investigación, corticoides, aminosalicilatos, dolor, automedicar, automedicación, analgesico, efectos adversos

Categorias:
Investigación

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